EN las elecciones de mayo de 2011 la ciudadanía navarra, tanto para el Parlamento como para los principales ayuntamientos de la Comarca de Pamplona, optó por dar a la izquierda en su conjunto mayorías suficientes para llevar adelante el tan ansiado cambio que la sociedad reclama y que Navarra necesita.
Afortunadamente unos cuantos de esos ayuntamientos han podido configurar grupos de gobierno progresistas y de izquierdas. Pero esto sólo ha sido posible en aquellas instituciones en las que, para impedir que la derecha de UPN-PP asumiera gobiernos en minoría, no era imprescindible contar con el apoyo del PSN, el cual, una vez más, ha frustrado las esperanzas de cambio de la mayoría de votantes en un alarde de falta de respeto hacia la voluntad popular expresada democráticamente en las urnas.
Así el PSN, con su apoyo explícito en algunos casos y con su abstención en otros, ha posibilitado que la derecha, con un proyecto agotado y demostrada incapacidad para afrontar ninguno de los problemas que afectan a Navarra (ni políticos, ni económicos, ni sociales), continúe gobernando y ya hemos empezado a sufrir las consecuencias de semejante irresponsabilidad.
En el Parlamento de Nafarroa, en el Ayuntamiento de Iruña y en otros ayuntamientos importantes como Barañáin o Egüés, (sobre el cual sigue planeando constantemente la sombra de la corrupción), la derecha de UPN-PP ha de contar con el apoyo del PSN para poder desarrollar sus políticas neoliberales, autoritarias y retrógradas, con sus durísimas medidas antisociales. Y ya ha quedado claro que cuenta con el apoyo casi incondicional de los socialistas.
El argumento esgrimido por algunos líderes del PSN para justificar su postura es que ellos, como partido de izquierdas que son (¿?), no pueden pactar con grupos como Bildu o Nafarroa Bai por tratarse de coaliciones de carácter nacionalista.
Utilizando este argumento los socialistas subestiman la inteligencia colectiva de la ciudadanía. Porque claro ha quedado que, si hay en Navarra un partido nacionalista por antonomasia, ese es el PSN, que ha demostrado ser profundamente nacionalista español. El PSN prioriza, sobre su condición de partido de izquierdas, el ser un partido español. Y no duda en aliarse con la derecha más rancia o corrupta, si es española, antes que con la izquierda, si es vasca. ¿Se puede ser más nacionalista? Creo que no. Y creo también que el nacionalismo español está siendo nefasto para Navarra. Nefasto políticamente, ya que está haciendo un daño histórico a nuestra sociedad, intentando separar obsesivamente a Navarra del resto de territorios vascos y a las y los navarros/as entre sí. Pero está siendo nefasto también social y económicamente. Porque en esa obsesión por alejar a Navarra de sí misma, de sus raíces, de su historia, los partidos nacionalistas españoles no dudan en alinearse con las políticas sociales más reaccionarias, renunciando a poder utilizar sus limitados derechos forales frente a los salvajes recortes que impone a Navarra el Gobierno de Madrid.
Lamentablemente esto no es un hecho aislado. Recientemente UPN-PP-PSN, unidos en su fervor nacionalista, han impedido que Navarra pudiera beneficiarse económicamente de ser parte integrante de la euroregión de Aquitania-Euskadi (Pirineos Atlánticos). Y lo han impedido por la obsesiva razón de no formar parte de la misma región que la CAV.
Otra grave consecuencia económica del nacionalismo español del PSN-UPN es el caso de Caja Navarra, una entidad seria, saneada y solvente hasta la llegada del actual equipo directivo, que tras una gestión demencial, ha dejado a la Caja en una situación penosa y la ha arrastrado hasta integrarse en ese ente denominado Banca Cívica, refugio de algunas de las cajas peor situadas del Estado.
Han preferido, mediante esta maniobra, sacrificar a Caja Navarra antes de permitir que se uniera a las cajas mejor situadas del Estado, la Kutxa y la BBK, por el mero hecho de ser vascas. Esto sí que es llevar el nacionalismo a extremos perversos.
En estos días pasados hemos conocido también las mentiras esgrimidas por los partidos UPN-PSN-PSE para impedir que la ciudadanía navarra pudiera captar ETB y ver el único canal que emite su programación en euskara, lingua navarrorum, imponiendo el español como única lengua televisiva de Nafarroa.
Así que, señoras y señores del PSN, ya pueden cambiar de discurso, que ustedes son muy pero que muy nacionalistas y muy poco de izquierdas. Porque quien es de izquierdas jamás niega al pueblo la voz, la soberanía. Nadie que se autodenomine de izquierdas puede no ser soberanista. Quien es de izquierdas exige todos los derechos para todas las personas y para todos los pueblos por igual, y un derecho básico, legítimo e inalienable es el derecho de cada persona y de cada pueblo a elegir su destino, el derecho a la autodeterminación. Y por supuesto nadie que se autodefina de izquierdas asumiría los salvajes recortes sociales en servicios tan básicos como educación, salud y prestaciones sociales que ustedes ya han empezado a aplicar de la mano de UPN-PP.
Maiorga Ramirez y Miren Aranoa en diario de noticias
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