Varias sedes del Partido Comunista de Turquía, como la de Ankara, fueron atacadas por la policía gubernamental. En Ankara el ataque se produjo durante las protestas populares contra el Gobierno en las que el Partido Comunista está teniendo un papel destacado.
La policía arrojó gas lacrimógeno contra el edificio y detuvieron a varias personas en el Centro Cultural. Asimismo, arrojó granadas con gases lacrimógenos y varias personas resultaron heridas.
Desde el comienzo de las protestas, el gobierno ha reprimido duramente al pueblo. Se calcula, según fuentes oficiales, que hay cerca de un millar de detenidos y 79 heridos en las protestas.
El gobierno turco ha utilizado vehículos policiales blindados, pelotas de goma y chorros de agua contra los manifestantes y según recientes informaciones podría haber movilizado a efectivos militares para reprimir las protestas, así mismo también ha ordenado bloquear las redes sociales para censurar consignas subversivas en la Red.
Amnistía Internacional denuncia que las fuerzas represivas del régimen de Erdrogan han causado al menos dos muertos, aunque algunos medios elevan la cifra de fallecidos a 8 e incluso a 12 manifestantes. Los manifestantes coreando lemas tales como “¡Abajo el Fascismo!” o “¡Unidos codo con codo contra el fascismo!”.
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