El partido de ayer terminó con un cómodo 3-0 y sin ningún tipo de sobresalto. Cabía saber cual era la cara del equipo después del varapalo de Santander y afortunadamente vimos la buena cara del equipo en cuanto a trabajo y entrega. El resto vino de la mano del conjunto alicantino que ofreció una pobre imagen y sin duda facilitó la tarea a Osasuna.
El siguiente partido es en el Calderón, y esperemos que de una vez por todas, Osasuna tenga una imagen distinta a la que la que está ofreciendo hasta ahora fuera de casa y logre traerse algo positivo que sin duda vendría muy bien ahora que nos esperan casi todos equipos de la mitad para arriba de la tabla.
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