En una entrevista concedida a el periódico ultraderechista de Kordobilla, más telepromoción, para gloria y honor del "señor" presidente de Osasuna, que otra cosa, reconoce que cada domingo de partido en El Sadar los que gritan contra su persona y gestión son "más de cuatro". A continuación dice que tras años de presidencia tiene las espaldas anchas y que más de un domingo ya no se da cuenta si le gritan o no.
También, según él, dice que en los últimos años El Sadar ha dejado de ser la olla a presión que era. Quizás, creemos nosotros, pueda ser provocada por la desafección que usted y su entrenador provocan en los hintxas.
Al menos, en primer lugar, Izko reconoce división en la afición. Lo que creemos que debería de hacer en segundo lugar sería quitarse los tapones de las orejas y escuchar lo que le solicita la afición. Que se vaya!!
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