viernes, 19 de febrero de 2016

HOMENAJE Y RECUERDO A LAS VÍCTIMAS DE LA DISPERSIÓN

El 6 de diciembre de 2004, a las 11.30, Karmele Solaguren y su compañero, José Luis Guerra, tenían prevista una visita de 40 minutos con su hijo Ekain, preso entonces en la cárcel de Alcalá Meco. Cuando se dirigían hacia allí, detuvieron su vehículo en el arcén de la carretera, en la provincia de Soria, para auxiliar a los afectados de un accidente ocurrido minutos antes. Momentos después fueron arrollados por otro vehículo, que causó la muerte de Solaguren y heridas de gravedad a su compañero.
Desde entonces, todos los actos de homenaje que familiares y amigos querían tributarle a esta vecina de Barañain han estado prohibidos o reprimidos por las fuerzas policiales, incluidas las muestras de afecto que quisieron expresar a Ekain cuando fue conducido, esposado, al funeral de su madre. El propio Ekain relató en su día que el viaje de regreso a la cárcel fue «muy duro» debido a las constantes humillaciones que sufrió por parte de los miembros de la Guardia Civil que le custodiaban.

Amigos y familiares de Karmele Solaguren levantaron un monolito en su recuerdo, pero fue retirado en 2015 por orden del alcalde de Barañain. Ese mismo año, UPN, PSN y PP prohibieron usar el Auditorio de la localidad para un acto de recuerdo, pero la iniciativa ‘‘Karmele Gogoan’’ ha venido trabajando desde entonces para que la madre de Ekain, quien murió en junio de 2007 en otro accidente sufrido en Iruñea, pudiera tener al fin «el homenaje que se merece».

Gracias al trabajo en auzolan que han realizado más de 70 personas durante los últimos meses, Karmele Solaguren tuvo ayer un emotivo y multitudionario homenaje en el Auditorio de Barañain, que comenzó con un repaso histórico desde 1981 hasta 2003, año en el que su hijo fue detenido y dispersado.

Aquella decisión política de trasladarlo a cientos de kilómetros de su casa fue la que provocó la muerte de su madre, tal como pusieron de manifiesto las decenas de personas que subieron al escenario del Auditorio para recordarle.

Relato de sus experiencias

Junto a la silueta de Karmele Solaguren, los actores Imanol Sucino, Oier Zuñiga y Javier Esteban expresaron el sentimiento de vacío que supone su ausencia, así como las reflexiones y sentimientos de Ekain mientras estaba preso.

También narraron sus propias experiencias los expresos Iñaki Urdiain y Garbiñe Urra, mientras que las madres de otros expresos de la localidad, Rosa Martin y María Angeles Etayo, expresaron la «angustia y ansiedad» que provocan los largos viajes a las cárceles.

Las personas que llenaban el Auditorio aplaudieron cada una de las intervenciones, pero el momento más emotivo llegó cuando se representó el momento de la muerte de Solaguren mediante una coreografía preparada para este homenaje. Al mismo tiempo, se proyectaron imágenes del funeral, con Ekain exposado despidiéndose de su madre.

El homenaje se hizo extensivo a las 16 víctimas mortales de la dispersión. «Ha habido 16 visitas que no han llegado en viajes que nunca tenían que haber existido», resumieron los organizadores antes de anunciar que levantarán un monolito de recuerdo a Solaguren «en medio del pueblo»..

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