
Ayer en la localidad bizkaina de Basauri se inaguró una plaza con el nombre de Iñigo Cabacas, muerto por un disparo de pelota de goma a corta distancia a manos de la Ertzaintza.
Por otra parte, el ayuntamiento de Iruña, no solo negó hace pocas fechas el reconocimiento y recuerdo para Ángel Berrueta, asesinado por un policía nacional mientras trabajaba en su panadería, sino que encima mandó a su policía municipal con nocturnidad a retirar la placa que en su recuerdo se colocó por el décimo aniversario de su muerte.
La cuestión es querer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario