lunes, 25 de febrero de 2013

600.000 RAZONES PARA NO OLVIDARLO

Miguel Sanz, durante un acto público celebrado después de dejar la presidencia del Gobierno de Navarra.NO resulta fácil olvidarse de Miguel Sanz cuando se piensa en Caja Navarra. Expresidente del Gobierno y de la entidad financiera durante casi una década y media, ocupó por primera vez un cargo en la avenida de Carlos III en 1991, cuando, como miembro del primer gobierno de UPN, pasó a formar parte del consejo de administración de lo que entonces era Caja de Ahorros de Navarra. El corellano no abandonó los órganos de gobierno hasta 2012, cuando, junta a la propia actividad financiera de Can, desapareció la Junta de Entidades Fundadoras.

Por el camino queda una fusión con Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, el discutido nombramiento de Enrique Goñi como director, la profunda transformación de Can que le siguió, el proyecto de Banca Cívica, su fracaso y su posterior absorción por CaixaBank. El final, en suma, a más de 90 años de historia. Y una cantidad imposible de calcular a partir de los documentos oficiales, pero que supera ampliamente los 650.000 euros en dietas percibidas por la asistencia a los consejos de Caja Navarra y de sus empresas participadas (Corporación Can y CECA). Como mínimo, Miguel Sanz habría cobrado en estas dos décadas al menos 100 millones de las antiguas pesetas (600.000 euros).
Este cálculo se extrae de las memorias de Caja Navarra, publicadas desde comienzos de los años 90 en la Comisión Nacional del Mercado de Valores y de lo que los propios consejeros de la entidad reconocían cobrar cuando se les interpelaba directamente por ello. Hasta 2004 la entidad no hizo públicas las remuneraciones individuales de los consejeros -se limitaba a publicar una cantidad global- y a partir de ese ejercicio dejó de publicarse la cantidad completa. Además de las sesiones ordinarias del consejo, existían sesiones informativas, por las que también se cobraba, y cuyo cómputo no aparecía desglosado. Tampoco solía incluirse la dieta del consejo general, por lo que resulta muy complicado ofrecer una cifra exacta de lo que en realidad percibía cada uno de los consejeros, con Miguel Sanz a la cabeza.

El gobierno en pleno

En los 90, las dietas ya crecían más de un 10% al año

El consejo de Caja de Ahorros de Navarra -que ya pagaba dietas durante la transición democrática- era mucho más barato en 1992, primer año del que existen datos. Y lo cierto es que sus funciones no resultaban muy diferentes: la gestión diaria -entonces poco más que préstamos y depósitos- estaba en manos de los directivos. En aquel ejercicio, los órganos de administración percibieron 16 millones de pesetas (unos 100.000 euros) en dietas. Esto suponía una media de unos 10.000 euros por consejero y año. El consejo solía reunirse todos los viernes y cada consejero percibía unos 180 euros (30.000 pesetas) por apenas una hora de sesión. Estas cifras, que ya causaban entonces cierta polémica, fueron incrementándose con rapidez (más de un 10% al año de media) hasta 1995, cuando se reforman los órganos de Gobierno y se permite la entrada de los grupos de la oposición, excepto HB. Ese año, el gasto en dietas crece hasta 29 millones de pesetas (174.000 euros), lo que supone casi un 40% de subida, y vuelve a saltar en 1998, cuando pasa de 30 a 40 millones de pesetas (otro 33% de incremento). Para entonces, Miguel Sanz ya era presidente de Caja Navarra, impulsaba la fusión con la Municipal y planeaba para el cambio de siglo un relevo en la dirección de la entidad, que desde 1995 correspondía a Lorenzo Riezu.

2002-2012

Hasta 90.000 en un año

El relevo se consagra en 2002, tras una fusión llevada a cabo en 1999 y que depara un nuevo encarecimiento de los órganos de gobierno de Caja Navarra: pasan a costar 69 millones de pesetas (414.000 euros) en el año 2000. Tres años más tarde, esta cantidad ha crecido hasta los 698.000 euros y un año después asciende hasta los 724.000 euros. Ese año, los miembros del gobierno dejan de ser consejeros natos de Caja Navarra y para compensar la pérdida de estas dietas se suben el salario unos 12.000 euros al año. Miguel Sanz ya percibía entonces alrededor de 30.000 euros al año, una cantidad que, por unos motivos u otros, se triplicó hasta el año 2010 y que fue engordando una nómina que, solo entre 2004 y finales de 2011 supera con cierta holgura los 450.000 euros.

A ello contribuyó de manera notable el aumento de las reuniones que se vive entre 2009 y 2011, producto del proceso de fusión de Banca Cívica, que requiere de continuos cambios en los estatutos y que dispara las remuneraciones de los consejeros justo cuando los beneficios de la entidad se desploman y cuando se toman las decisiones más cuestionadas. También en 2010 se procede a la salida de los principales cargos políticos del consejo de administración. La creación de la Junta de Entidades Fundadoras, donde recalan Sanz y Barcina, y sus dietas desconocidas son hoy objeto de investigación judicial. Y hacen complicado que, tal y como solicita Sanz, el Parlamento y la ciudadanía se olviden de él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario