El alcalde de Pitillas y padre del vicepresidente navarro, se enfrenta a una acusación de prevaricación urbanística continuada y desobediencia por favorecer a su ex-teniente de alcalde. Piden para él un año y seis meses de cárcel. Amador Jiménez, además, fue imputado por mantener el censo que permitió el pucherazo en las elecciones de 2003, aunque esta causa está sobreseída provisionalmente.
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