Roberto Jiménez, líder del PSN, es la cabeza visible de un partido sumiso a los dictados de su amo, ese partido que se autodenomina Unión del Pueblo Navarro. Desde hace ya más de quince años, después de los casos de corrupción de Urralburu, Aragón y compañía, cayó como juguete roto en manos de ese conglomerado de intereses, partidos y empresas que velan por la "navarridad, foralidad y españolidad" de los navarros y navarras. Desde entonces gracias a su inestimable y necesario apoyo, tiene aupado en el poder a la derecha extrema en el gobierno y en numerosos e importantes ayuntamientos del territorio. A cambio, les dejan roer algunas migajas secundarias, llámese por ejemplo, Mancomunidad de Aguas de la Comarca de Pamplona. Bueno, tras las últimas elecciones incluso tienen consejerías en el gobierno. ¡Que gran logro del Jiménez!
El pasado viernes Barcina propuso a su partido ir a las elecciones españolas en coalición con el PP, resaltando más si cabe el papel de "Kleenex" que es el PSN, con quien todavía comparte el gobierno foral.
En las últimas elecciones el PSN obtuvo los resultados electorales más bajos de su historia, 9 parlamentarios. Roberto Jiménez repitió estrategia y volvió a pactar con la derecha extrema, imposibilitando una vez más un cambio de modelo político-social en Nafarroa.
Cuesta creer que Karl Marx y Roberto Jiménez no coincidieran en el tiempo, ya que esa expresión le va como anillo al dedo.
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