Lamentablemente, hasta la última jornada de liga Osasuna no sabrá en que categoría jugará el año que viene.
El partido de ayer lo tuvo controlado e incluso tuvo oportunidades claras de gol, pero careció de esa fe y garra que ha caracterizado a los rojillos en las tres últimas jornadas. Parecía que daba por bueno el empate y cuando esto sucede, terminas perdiendo. Un gol en propia puerta de Flaño y otro del Getafe en el descuento finiquitaron a Osasuna ante un equipo que ni de lejos fue superior a los de Iruña.
La historia se repite y el próximo partido habrá que ir si o si a por la victoria.
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