Primer viaje de la temporada. Después de apañar un día de fiesta en el curro y una pensión en A Coruña nos dirijimos tres kolegas a Galizia. Empezamos con retraso ya que uno se quedó sobao; estaba de turno de noche y no de ciego mal pensados. A las nueve y media de la mañana nos pusimos en marcha.
Una vez pasado EH, primer follón, a la altura de Burgos en un peaje había control antidrogas de la benemérita y al vernos las pintas el agente se puso los guantes y venga, todos al arcén. Registros de riñonera, documentación y gracias a que el maletero dejaba mucho que desear y en la guantera había hasta plumas de algún pájaro, no urgaron mucho y nos dejaron seguir sin problemas. Por el camino paramos a comer un bocata en no sé donde, ya que gracias al GPS te la pela donde estes. Una vez en Galizia nos sorprendió un peaje que te preguntaban de donde venías, de Lugo o de Santiago, y según lo que dijeras te cobraban más o menos; o son muy honrados en Galiza o los de la empresa de los peajes son medio tontos.
Siete horas después, llegamos a la pensión, media hora tarde ya que al GPS se le fue la olla y nos lío un poco. La pensión a 50m del estadio Riazor; buena, bonita y barata. Dejamos los bártulos en la habitación y nos metimos en la parte vieja para tomar unas cervezas. La verdad que nos comentaron que si la Torre de Hércules, que si un monte con vistas; pero nosotros a lo nuestro. Ya medio ciegos nos fuimos a un garito que nos habían recomendado. Nos metimos una mariscada entre pecho y espalda, mucho vino y unos kubatas. Después de cenar nos fuimos a lo viejo y metiéndonos por callejuelas, encontramos el bar de los Riazor Blues. Nos juntamos con varios de sus miembros y nos llevaron a algún garito más. Buen ciego y a sobarla un poco.
A la mañana nos levantamos, cogimos las entradas del fondo de los Riazor y nos fuimos a bermutear a lo viejo. Las cervezas entraban como agua y medio ciegos de nuevo, comimos en un italiano que daba por el culo; más lentos que el copón para unos putos espaguetis negros y dos platos de arroz. Nos fuimos a tomar la copa a algún garito del estadio y encontramos uno de la CNT o algo así que se estaba agusto. Ya en el campo nos juntamos con los Blues del día anterior. Teníais que ver que diferencia con los nacionales, ni cacheos, ni broncas, hasta tienen un cuarto dentro de la grada, murales por las paredes; se nos hacía raro estar en una grada ultra con tanta comodidad. Del partido entre cerveza y cerveza no nos enteramos de mucho y al terminar nos metimos con gente de los blues en un garito y nos comentaron un poco la situación política en Galizia y en el grupo.
Cabe destacar que un miembro de los Blues tiene juicio la semana que viene por apalear a un puto nazi y la curiosidad es que el abogado del apaleado es nada más y nada menos que Ynestrillas. La gente tiene ganas de recibirle con los brazos abiertos ya que es la primera vez que pisa A Coruña. Sobre la una de la madrugada nos piramos a la pensión a descansar un poco para el viaje de vuelta. El viaje de vuelta sin más, alguna parada más para cagar y mear y sanos y salvos llegamos a Sanduzelai. Habrá que preparar otro, agur.
vaya hooligans burgueses, con mariskada y toda la ostia.
ResponderEliminarEs que si van a Galizia y no comen marisco tu me dirás... lo importante es que han ido como buenos hintxas y no "de postal" como muchos otros.
ResponderEliminarCuanto pureta hay suelto, motxuelo.
ResponderEliminarA mi edad hay que cuidarse chaval...
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